La palabra temperamento proviene del latín temperomentum, que significa carácter, manera de ser o de reaccionar de las personas o manera de ser de las personas que son tenaces e impulsivas en sus reacciones. También, se define como vocación, aptitud particular para un oficio o arte. Dentro de la biología se refiere a la constitución particular de cada individuo, que resulta del predominio fisiológico de un sistema orgánico. Asimismo, considera la influencia de lo so matico en lo psíquico y mantiene innegables coincidencias con la doctrina clásica, según Hipócrates. Para los fisiólogos, la función del temperamento tiene como tarea la elaboración de los estímulos y la regulación de las conductas; al final, suelen definirlo como una característica básica de la autorregulación del organismo. Algunos investigadores la relacionan con las diferencias interindividuales de las cualidades hereditarias de las personas.
Existen tres propiedades típicas del temperamento:
1. Emocionalidad: Excitación de emociones negativas.
2. Actividad: Tiempo y perseverancia.
3. Sociabilidad: Apego y responsabilidad.
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